La alternativa de acceso a la vivienda denominada «coliving» gana terreno en España, sobre todo en los principales núcleos urbanos. Este sistema residencial se basa en alquilar una habitación, generalmente con baño propio, en un edificio que cuenta con áreas y servicios comunes. Vivir en un edificio coliving supone compartir espacios, vivencias y momentos con la comunidad, sin renunciar a una zona de intimidad. Este concepto se impone con fuerza para aquellos que no disponen de los medios suficientes para comprar o alquilar una vivienda, quieren libertad de movimiento o simplemente como forma de vida.
De hecho, según la última Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España, en 2020, más de 567.000 hogares estaban compuestos por personas que no forman ningún núcleo familiar, un 3% más que en 2019. Además, en más de 800.000 hogares un núcleo familiar compartía vivienda con otras personas. Y otros 430.500 estaban conformados por más de un núcleo familiar. El total supone que en casi 1,8 millones de hogares en España se compartía inmueble.
Por ciudades, Madrid y Barcelona albergan en la actualidad la mayor oferta de coliving de España. Claro que también existen proyectos en marcha en otras zonas como Sevilla, Málaga o San Sebastián. La consultora Cushman & Wakefield prevé que la vivienda compartida tendrá un potencial de 550.000 millones en Europa en los próximos diez años. Y este fenómeno se va a multiplicar en España en los próximos años, ya que distintas empresas tienen proyectos en marcha en nuestro país.
Gestión de llaves en el coliving
Así también lo ve la empresa Watchman Door, especializada en control de accesos, quien está notando un interés creciente por el coliving. “Uno de los grandes retos de este nicho de mercado pasa por la gestión de llaves”, explica Laura Gijón, directora de la empresa. “Con nuestras soluciones las llaves se eliminan y los accesos se controlan de forma remota desde un dispositivo móvil. Las ventajas que esto supone para los operadores son múltiples: olvidarse de pérdida y copias de llaves, control de los accesos, mayor seguridad, etc.”.
Los controles de acceso son dispositivos sobre los que el propietario tiene control remoto en tiempo real. Se encuentre donde se encuentre, puede abrir o cerrar un acceso desde el cualquier dispositivo conectado, además de otorgar los permisos pertinentes a los usuarios. “En un sector como el coliving que sea una única persona la que controla quién tiene acceso en cada momento a un determinado espacio facilita en gran medida la gestión del inmueble, además de evitar situaciones incómodas como los duplicados de llaves, el no retorno, etc.”, apunta Gijón.
De este modo, las empresas de coliving pueden eliminar las llaves en la gestión de sus inmuebles. Además, pueden otorgar el acceso a través de cualquier dispositivo móvil a las personas que ocupan los pisos en cada momento.